¿Qué es el síndrome de fin de año?
Estrategias para un cierre saludable
by Di Mauro Davrieux| 13 Dic 2024
La llegada del fin de año se trata de un momento cargado de emociones encontradas, donde el cierre de un ciclo puede generar tanto esperanza como incertidumbre. Para algunas personas, es una oportunidad para reflexionar sobre nuevos comienzos, adoptando una mirada esperanzada. Sin embargo, este mismo período puede asociarse con sentimientos vinculados a la ausencia de seres queridos, la carga de expectativas sociales y personales, además de las preocupaciones por lo no logrado, ocasionando síntomas de ansiedad, depresión y estrés.
En el caso de aquellas personas que han experimentado un año lleno de aprendizajes y crecimiento personal, el cierre de año es una buena oportunidad para reforzar lo alcanzado e instaurar una mirada optimista para el comienzo del nuevo año. Es importante reconocer el esfuerzo realizado, agradecer el camino recorrido que nos han permitido llegar a donde estamos. Este reconocimiento permite el desarrollo de un sentimiento de gratitud y satisfacción, además de preparar nos para un nuevo año nuevo lleno de metas con propósito. Para lograrlo, puede ser recomendable escribir mensajes de gratitud, reflexionar sobre aquello que ha sido positivo y en base a qué se pudo llegar a generar, por ejemplo la llegada de un nuevo puesto de trabajo puede desembocar en auto-agradecimientos por el esfuerzo generado y el hecho de salir de la zona de confort. El hecho de reconocer, reflexionar sobre los aprendizajes y aspectos positivos del año, además de tomarse tiempo para uno mismo, permite comenzar el nuevo año con mayot resiliencia. Recuerda que los acontecimientos positivos no ocurren por casualidad, uno es parte fundamental de su creación y desarrollo.
Por otro lado, es necesario comprender que cada cierre de ciclo implica un duelo, siendo la tristeza y el miedo emociones frecuentes, debemos entender que este ciclo es algo natural y necesario. Para lo cual, realizar un balance del año constructivo puede ayudar a reflexionar y poner en perspectiva lo transitado. Es difícil realizar un balance personal en términos de ganancias y pérdidas, ya que muchas veces podemos minimizar lo positivo y minimizar lo negativo. Algunas preguntas que pueden ayudar a orientar este balance pueden ser: “Lo que he vivido este año, ¿es lo que imaginaba o deseaba para mí? ¿He crecido, aprendido y experimentado lo que me proponía?, ¿qué me gustaría experimentar o aprender el próximo año?, ¿son realistas y alcanzables estos deseos dentro de mi contexto actual?”. Este enfoque permite un abordaje focalizado en lo aprendido y en lo que se desea aprender, planteando metas de forma más abierta, flexible y medible.
A su vez, es importante mencionar que comenzar el año con la expectativa de que todo será diferente o mejor, no llega a ser una verdadera solución, esto se debe a que muchas veces nos fijamos metas inalcanzables y nos decepcionamos cuando no las logramos. Es fundamental ajustar nuestras expectativas a la realidad, reconociendo nuestras limitaciones y los desafíos que sí podemos enfrentar.
Te compartimos una serie de estrategias para finalizar el año con bienestar emocional:
- Practica el autocuidado: Dedica tiempo para tu bienestar físico, emocional y mental, intenta mantener mantener un equilibrio entre tus necesidades y deseos. Implica ser compasivo contigo mismo, reconocer tus logros y aprender de las experiencias vividas.
- Está bien decir “no”: Es necesario establecer límites saludables con los demás, esto no te vuelve una persona egoísta, sino en una persona que se respeta a sí misma y cuida de su bienestar. Recuerda que la empatía sin límites es un acto auto-egoísta.
- Acércate a las personas vitaminas: Reúnete con aquellas personas que contribuyen a tu bienestar, ya sea que te hagan reír, te generen paz y tranquilidad, o sean un espacio seguro para expresarte.
- Planificación y organización flexible: Es importante reconocer que no todo está bajo nuestro control. Aprender a priorizar y delegar tanto tareas como actividades, además de aceptar y saber pedir ayuda son habilidades esenciales.
- Celebra tus avances: Aprender a reconocer y celebrar tus logros por pequeños que parezcan, contribuye a fortalecer tu motivación y autoconfianza con una mentalidad más abierta para enfrentar nuevos desafíos.
- Evita las comparaciones: Generalmente, cuando nos comparamos, lo hacemos con personas que percibimos como mejores o más exitosas, siendo injustos con nuestros propios procesos y ocasionando una sensación de insuficiencia e insatisfacción. No te olvides de que cada persona tiene su propio ritmo y contexto, cada camino es único y diferente.
En definitiva, el cierre del año es una oportunidad para reflexionar sobre lo acontecido, reconocer nuestros aprendizajes, proyectarnos para nuevos comienzos y afrontar los desafíos de manera optimista. Es fundamental poder transitar este proceso con un enfoque saludable, ajustando las expectativas y celebrando nuestros avances ya sean grandes o pequeños.
Artículo escrito y revisado por Daniel Davrieux| Director
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