by Mag. Valentina Acosta | 30 de enero 2025

Es una realidad que las relaciones de pareja, como cualquier otra dinámica, pasan por altibajos. En ocasiones, estos conflictos y dificultades pueden acumularse y afectar negativamente el bienestar de la pareja. Hoy en día, son cada vez más las parejas que acuden a la terapia de pareja para resolver sus conflictos, mejorar su comunicación o fortalecer su vínculo. Sin embargo, existen numerosos mitos y conceptos erróneos que pueden generar dudas y temores.  

En el Centro Di Mauro Davrieux, consideramos sumamente importante contar con la información necesaria para tomar decisiones. En este artículo abordaremos preguntas clave como: ¿Qué se hace en la terapia de pareja?, ¿Cuál es el mejor tipo de terapia para parejas?, ¿Cuándo es recomendable ir a terapia de pareja?, ¿Cuándo no acudir a terapia de parejas? y ¿Qué preguntas se hacen en terapia de pareja? Además, abordaremos los mitos más comunes en torno a esta terapia. 

¿Qué es y qué se hace en la terapia de parejas?

La terapia de parejas es un tipo de terapia colaborativa en la que las parejas acuden para abordar los conflictos y conductas dañinas, mejorar la comunicación, resolver problemas y fortalecer la conexión emocional. Para ello, se diseña un plan de intervención personalizado, adaptado a los motivos de consulta de cada pareja, en el que el psicólogo mantendrá una posición neutral, sin tomar partido, con el objetivo de facilitar el autodescubrimiento y el bienestar de la pareja. Es esencial que ambos miembros de la pareja acudan juntos, manteniendo una actitud de colaboración y respeto, escuchando al otro, intentando comprenderlo y abordar los conflictos de manera eficiente. De esta manera, podrán evaluar conscientemente si seguir con la relación o finalizar el vínculo de manera saludable.

¿Cuál es el mejor tipo de terapia para parejas?

La elección del enfoque de terapia de pareja dependerá de la naturaleza del problema, las preferencias individuales y la experiencia del terapeuta. Entre los diversos enfoques disponibles, la Terapia Sistémica es una de las más recomendadas por su especialización en el abordaje integral de los individuos y sus sistemas. Este enfoque requiere que el psicólogo tenga experiencia específica en el trabajo con parejas y familias, analizando las situaciones desde una perspectiva sistémica. Se enfoca en ayudar a las parejas a identificar cómo sus dinámicas y patrones afectan sus problemas para fomentar el manejo de conflictos y aumentar la conexión y empatía de la pareja. Además, resulta necesario establecer una relación terapéutica en la que ambos miembros de la pareja se sientan cómodos y comprendidos. 

¿Cuándo es recomendable ir a terapia de pareja? 

En general, es recomendable ir a terapia de pareja cuando se busca mejorar la comunicación, gestionar los impulsos, resolver conflictos, fomentar una mayor comprensión y empatía, fortalecer la relación mediante la construcción de una base más sólida y superar crisis dentro de la pareja.

Señales que pueden indicar la necesidad de ir a terapia de parejas: 

• Problemas de comunicación constantes: críticas, desprecio, bloqueos emocionales.
• Dificultades de conexión emocional o física: distanciamiento en la intimidad. 
• Acumulación de conflictos sin resolver: discusiones largas, constantes y repetitivas). 
• Pérdida de confianza: engaños, infidelidades. 
• Desequilibrio en las responsabilidades: carga en la toma de decisiones y responsabilidades.

• Dudas e inseguridades sobre el futuro de la relación. 

• Dinámicas insalubres: manipulación, chantajes emocionales o relaciones dependientes.
• Cambios que estén afectando la dinámica de la pareja: mudanzas, nacimientos, situaciones de duelo, problemas económicos, enfermedades, nuevos objetivos. 
• Interferencia externa: situaciones de familiares o amigos que interfieren en la dinámica de la relación.

¿Cuándo no es recomendable ir a terapia de pareja? 

Hay situaciones en las que la terapia de pareja no es la mejor opción, en donde puede ser más útil buscar terapia individual, apoyo legal o asistencia especializada, dependiendo de la problemática. 

Cuando la terapia de pareja no es la solución: 

• Solo un integrante de la pareja asiste a las sesiones: se recomienda terapia individual con mirada sistémica. 
• Falta de disposición genuina y respeto a la terapia: no compromiso y sabotajes al proceso.  

• Uso de la terapia como arma: intenciones de utilizar la terapia para culpabilizar a la pareja, buscar el apoyo del terapeuta para justificar su posición. 

• Expectativas poco realistas y diferencias irreconciliables. 
• Presencia de trastornos mentales severos, adicciones o traumas complejos: no tratados que complejizan la dinámica de pareja, se recomienda un proceso de psicoterapia individual antes de la terapia conjunta. 
• Presencia de maltrato físico, psicológico, económico o sexual recurrente: se recomienda acudir a profesionales especializados para tomar medidas de protección. 

¿Qué preguntas se hacen en terapia de pareja?

Es importante recordar que cada relación es única, por lo que en terapia de pareja las preguntas y la conversación se adaptan según las necesidades y los desafíos específicos de cada pareja. El objetivo principal es comprender el contexto, los comportamientos, las actitudes y las emociones que se experimentan dentro de la relación. A su vez, es común que el terapeuta haga preguntas abiertas para poder explorar distintos aspectos de la relación y permitir la expresión individual. 

Dentro de las áreas clave que abordan las preguntas en terapia de pareja, se encuentran: la historia de la relación, los valores personales de cada miembro, los problemas actuales que afectan la dinámica, las metas y expectativas para la terapia, así como los patrones de comunicación y actitudes que contribuyen a los conflictos.

Algunas preguntas comunes que pueden surgir durante la terapia de pareja incluyen: ¿Qué los ha llevado a buscar terapia en este momento?, ¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrentan en su relación?, ¿Cómo es su comunicación diaria?, ¿Cómo manejan los desacuerdos o discusiones?, ¿Cuáles son sus expectativas para el futuro de la relación?, ¿Qué cambios les gustaría ver en la relación?, entre otras.

Mitos y realidades de la terapia de pareja 

Mito 1: La terapia de pareja es solo para relaciones en crisis.

Realidad: La terapia puede ser beneficiosa en cualquier etapa de la relación, puede ayudar a fortalecer la conexión emocional, mejorar la comunicación y se analizan los patrones de interacción para resolver los conflictos. 

Mito 2: El terapeuta toma partido y dice quién tiene la razón.

Realidad: El psicólogo debe mantener una postura neutral, creando un ambiente seguro en el que ambas partes puedan expresarse libremente, sin temor a juicios ni favoritismos. En ningún caso se toma parte en los conflictos y las discusiones de pareja. El objetivo es facilitar el diálogo, fomentar la empatía y trabajar en soluciones constructivas. 

Mito 3: La terapia de pareja es una solución rápida.

Realidad: La terapia de pareja es un proceso gradual que requiere tiempo, compromiso y esfuerzo por parte de ambos miembros de la relación. No ofrece soluciones instantáneas, pero es una inversión en la salud de la relación. 

Mito 4: La terapia de pareja consiste en discutir y buscar un culpable. 

Realidad: La terapia de pareja no es un espacio para buscar culpables ni para ganar discusiones. Aunque es común que se presenten desacuerdos, el objetivo no es simplemente discutir, sino abordar los desafíos desde una perspectiva constructiva para desarrollar habilidades de comunicación, de conexión y la resolución de conflictos. Más allá de resolver problemas, se busca construir una base sólida para el bienestar mutuo. 

Mito 5: Las parejas felices no discuten nunca.

Realidad: Las discusiones son inevitables en cualquier relación saludable. No se trata de evitar los conflictos, sino de gestionar los desacuerdos de forma constructiva, con respeto y empatía. 

Mito 6: Las parejas deberían ser capaces de arreglar sus problemas sin terapia.

Realidad: Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Los desafíos pueden ser complejos, requiriendo contar con una perspectiva externa para abordar los conflictos de manera saludable y fortalecer la relación. 

Mito 7: La ruptura supone el fracaso de la terapia de pareja.

Realidad: El objetivo de la terapia de pareja es encontrar la mejor forma de continuar la relación, ya sea fortaleciendo el vínculo para que perdure o ayudando a que termine de manera respetuosa. 

Mito 8: La terapia de pareja siempre puede salvar una relación. 

Realidad: No todas las relaciones están destinadas a ser salvadas, y la terapia no garantiza que una relación perdure. A veces, la decisión más saludable para ambas partes es separarse y finalizar la relación en los mejores términos posibles.

Artículo escrito por Mag. Valentina Acosta, integrante del equipo Di Mauro Davrieux.